Una de las razones que han llevado a los Galapagueños a inundar las calles es el impacto humano actual en los ecosistemas del archipiélago y el costo de incrementar nuestra huella ambiental con nuevas construcciones. Es mas difícil cambiar una ley una vez que ya ha sido pasada, pero quizás todavía es posible convertir este problema en una oportunidad.
En el laboratorio social que son las Galápagos la presión que ejerce el simbionte humano sobre el simbionte ambiental es muy evidente, y es fácil ver como el no integrar estos costos en el diseño de nuestros proyectos y comunidades causa problemas. Por ejemplo, la cantidad de vidrio que llega al centro de reciclaje en la isla San Cristobal se ha triplicado en los ultimos 3 años. En parte esto se debe a que las cervezas no-retornables (cualquiera con tapa twist-off) se han vuelto mas populares en las tiendas. El costo que se ahorra el vendedor y el consumidor de no tener que devolver los envases terminan siendo pagados por la comunidad al momento de procesar la basura.
El municipio emplea a 8 personas para separar los diferentes materiales (organico, vidrio, metal, plastico, papel, etc) para hacerlos atractivos a compradores de estos materiales, pero los compradores privados deben sacar esos materiales del centro de reciclaje. Y los deshechos que nadie quiere comprar, se requiere de donaciones de organizaciones internacionales para llevarlo a continente. Por ejemplo, se estan acumulando llantas en el relleno sanitario porque estan tan desgastadas que ni las reencauchadoras las quieren. Por lo tanto, le cuesta a la comunidad $6 por llanta el llevárselas de vuelta al continente.
Al menos eso es una suma definida. Como cuantificas el costo debido al deterioro de la salud de los lobos marinos, "La Cara de San Cristobal", quienes se enferman a causa de la efluencia directa al mar de las aguas negras sin tratar y la exposicion de animales domesticos en Puerto Baquerizo Moreno? Como sea que uno defina los detalles, es evidente que la salud ambiental esta "subsidiando" la falta de infraestructura funcional para atender las necesidades actuales de las islas.
En San Cristobal, las aguas negras no llegan a la planta de tratamiento y son descargadas directamente al mar. En este video se puede ver a un lobo marino, "La cara de San Cristobal", nadando justo en uno de los puntos de salida del efluente. Video tomado 29 Sep 2014 frente al malecón de Puerto Baquerizo Moreno.
Mientras tanto, las demandas de los moradores de las islas contra de los 20 nuevos proyectos de turismo de lujo que se están construyendo han caído en oídos sordos. Estos son proyectos de alto impacto cuyo grupo reducido de inversionistas se llevarán la gran mayoría de los beneficios económicos y dejaran el 100% de los efectos negativos a la comunidad. Piénsenlo un momento. Actualmente más de 200,000 personas al año literalmente van a las islas y "se cagan" en ellas! Ahora imaginen el impacto de un numero mucho mayor de turistas que no piden solo un baño, sino una cancha de golf.
Que pasaría si los permisos para construir nuevas estructuras para atraer mas humanos a las islas fueran contingentes a que los dueños de las nuevas estructuras sean responsables no solo de los servicios necesarios para el funcionamiento de las instalaciones, sino que también representen un beneficio para la comunidad? Por ejemplo, los nuevos hoteles deberían estar requeridos de tener sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales. Pero que pasaría si estos procesaran las aguas residuales de todo o parte de Puerto Baquerizo Moreno? Hasta podrían convertir estos deshechos en fertilizante para la producción local de alimentos. Para bien o para mal, tanto los algunos de los hoteles planificados como los puntos de efluencia de aguas residuales se encuentran junto a las playas. Sin mucha creatividad es posible imaginarse como convertir estos problemas en oportunidades.
Los parámetros de sostenibilidad para nuevas edificaciones ya deberían permitir exclusivamente proyectos de bajo impacto y requerir que estos neutralicen su propia huella en Galápagos. Pero lo realmente inovador sería que las nuevas construcciones multimillonarias, en adición a cumplir su función de beneficiar a unos pocos inversionistas, deberían estar requeridas a cumplir al menos una segunda función que beneficie a TODA la comunidad. Esto no es mas que aplicar un poco de permacultura a los sistemas humanos. En una granja bien diseñada, cada componente cumple múltiples roles, y así funciona todo el sistema de manera mas eficiente.
Una ordenanza de este tipo podría catalizar hasta nueva imagen de los conjuntos turísticos. Imaginen la publicidad de un hotel que se pueda jactar de procesar los residuos sólidos de toda la isla en este Patrimonio Natural de la Humanidad, adicionando infraestructura y personal a esta actividad. Imaginen un hotel que colabore con la industria de la energía solar o eólica y que juntos descentralicen la producción de energía en las islas, reemplazando los actuales generadores eléctricos a diesel. Imaginen hoteles que tienen mas que una certificación "verde", porque trabajarían en conjunto con el Ministerio de Agricultura para desarrollar la agricultura sostenible en la parte alta y que estos alimentos reemplacen los que están siendo importados desde continente trayendo consigo especies invasoras. Estas son tan solo tres ejemplos de posibles mutualismos entre diferentes industrias e instituciones.
En la "era del humano" o Antropoceno, es necesario adaptar nuestra forma de organizarnos para no destruir nuestra verdadera riqueza y peligrar no solo la industria del turismo, sino nuestra propia supervivencia. La gente en las calles piden cambios que beneficien a su comunidad. La imaginación y tecnologías para llevar a cabo estas y muchas otras funciones mutualistas entre instituciones y la comunidad existen. La pregunta es, existe la voluntad política?